Reseña | Scarlet (Crónicas Lunares 2), Marissa Meyer
Este no es el cuento de hadas que tú recuerdas, es uno que no olvidarás... Mientras en Nueva Beijing Cinder está a punto de convertirse en una de las fugitivas más buscadas, Scarlet, en Francia, está segura de que alguien secuestró a su abuela. Cuando la policía cierra repentinamente el caso, decide continuar la búsqueda sola. Pero para hacerlo necesitará la ayuda de Wolf, un peleador callejero que parece ser el único camino para llegar hasta ella. Juntos se sumergen en un mundo oscuro y peligroso, y allí conocerán a Cinder y se darán cuenta de que sus historias tienen más conexiones de las que podrían haber imaginado. Juntos, deberán enfrentar a la reina lunar Levana, quien está dispuesta a todo con tal de que el príncipe Kai se convierta en su esposo, su rey... su prisionero.
Ok, no sé por dónde comenzar, así que mejor seré directa... esta historia simplemente ha sido -para mí- aburrida, sosa y muy plana; tanto, que me he tardo un mes entero en leer este libro, esta segunda parte de Crónicas Lunares me aburrió a tal grado que no quería ni leer y cuando lo hacía sentía que no avanzaba y lo peor, tampoco me daban ganas de querer leer otro libro.
Scarlet, -repito: para mí- ha sido de mis peores lecturas en lo que va de este año.
Cuando leí Cinder, me gustó la trama, los personajes... pero en esta que es la continuación, la historia no logró atraparme y los personajes me parecieron más opacos que nada, tal vez Lobo se salva un poco, pero Cinder perdió esa chispa que tenía; Scarlet me resultó sobre actuada y falsa, y el Capitán Thorne, de quien esperaba un poco más, resultó ser un personaje equis, pero hasta cierto punto necesario por su nave.
Esperaba que al tratarse de dos historias, que indudablemente se conectarían en algún punto del libro, fueran igual de increíbles, sobre todo cuando una de ellas sería un retelling de Caperucita Roja, pero resultó que no. Desde el primer capítulo en el que apareció Scarlet, simplemente me cayó mal, sus diálogos berrinchudos encaminados hacia lo sucedido con su abuela me fastidiaron desde un inicio, pero como decía, por otra parte, Lobo tenía cierto aire enigmático que me hacía querer saber más sobre él.
En el caso de Cinder, que ahora está en una prisión, a poco de ser entregada a la reina Levana, parecería que se transformó en otra persona porque me daba la impresión de que estaba lejos de ser la Cinder del primer libro, ahora daba la sensación ser una chica temerosa y asustadiza, con miedo de actuar y hacer las cosas.
En cuanto a la historia general, creo que no hubo ni un momento en el que me hiciera sentir emoción... ni siquiera cuando empezó el ataque de Levana, ni cuando Kai aceptó una alianza por matrimonio -porque igual, desde el libro anterior ya sabíamos que esto iba a pasar- y por si esto fuera poco, cuando pensé que por fin se iba a acabar la historia, resultó que todavía faltaban más capítulos, desde mi punto de vista, innecesarios, sobre todo aquel entre Scarlet y Lobo donde todo se desarrolla mientras tenemos la descripción de unas latas y los alimentos que hay dentro.
Ya no diré nada más.
Si tenía ganas de leerme toda la saga... Scarlet me ha hecho reconsiderarlo, pero al fin, esta es sólo mi opinión personal.
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