Juntos viajan a París, pero el inminente estallido de la segunda guerra mundial trunca todos sus planes… Perdida y sola en un país extranjero, Ada ha quedado atrapada por la guerra, y deberá hacer todo lo que esté en sus manos para sobrevivir.

En medio del horror, el don de Ada para crear belleza y glamour es lo único que la mantiene con vida, y pasará sus días confeccionando elegantes vestidos para las mujeres de los dirigentes de las SS. Cosió para salvarse, para seguir adelante sin mirar atrás. Pero cuando pensaba que todo había terminado tuvo que enfrentarse al fin a la verdad: nunca podría recuperar lo que había perdido en el camino.

La modista de Dover Street nos descubre a una heroína inolvidable, Ada Vaughan, una mujer enfrentada a su destino que deberá sacrificar su corazón para salvar su vida.

'La Modista de Dover Street' fue un libro que devoré y disfruté muchísimo, apenas lo había comprado decidí leerlo y en una noche ya llevaba casi la mitad. La historia, que fluye con rapidez, está bien estructurada y desarrollada, y con cada página experimentamos diferentes emociones: tristeza, desolación, frustración, coraje, siempre esperando, al igual que Ada la protagonista, que todo termine rápido para ver entonces algo bueno, algo que brinde felicidad.

Esta historia inicia poco antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Ada Vaughan es una joven inglesa menor de edad que sueña con ser modista, con tener su propia casa de modas, pero mientras eso sucede trabaja para otros modistas y aprende lo que puede hasta que un día se topa con un hombre tan educado como misterioso: Stanislaus von Lieben. Ada pronto se enamora de él y juntos deciden viajar a Francia pese a las advertencias que recibe sobre el inminente estallido de la Guerra y sobre no conocer en su totalidad a Stanislaus, ni cuáles son su intenciones.

En Francia, ambos descubren el error que cometieron al viajar a ese país. La Guerra da inicio y se ven obligados a huir a Bélgica, pero cuando creen que estarán seguros Ada descubre de la peor manera posible que ha sido abandonada y que se encuentra sola, sin dinero ni recursos, en un país que no conoce y a merced de los alemanes.

Pese a los intentos de Ada por encontrar refugio y estar segura, se convierte en prisionera de guerra y es trasladada a Alemania junto con otras mujeres en su misma situación. Todas ellas, encerradas en un asilo, asisten y cuidan de los viejos y los enfermos, pero los dados están echados para Ada, y es llevada a casa de un comandante, el Obersturmbannführer Weiss, ahí confeccionará ropa para quien ella considera es Frau Weiss y posteriormente para otras mujeres.

Sin embargo, realizar ese trabajo resulta ser de lo más pesado. Es forzada a hacerlo bajo arduas condiciones y en poco tiempo; no puede negarse, no puede quejarse, no puede hacer ni decir nada o sufrirá las consecuencias, golpes, maltratos o incluso ser enviada a los campos. No tiene comida, más que restos, no tiene agua, no tiene ropa, no puede protegerse del frío; cada día que pasa está más débil, sin fuerzas ni energía y está sola.

El tiempo sigue su ritmo y Ada vive el mismo día durante varios años hasta que la Guerra llega a su fin, sólo entonces es que puede regresar a casa, pero todo ha cambiado, ella ha cambiado y rehacer su vida y lograr sus metas, parece que será más difícil que el haber sobrevivido a la guerra.

"La guerra no acababa nunca. No la guerra oculta, esa guerra de la que no se hablaba. Se enconaba como una herida ignominiosa, purulenta, que atormentaba en silencio. De aquello Ada lo sabía todo."

Mi opinión personal:

Como lo decía en la reseña de 'Bajo un Cielo Escarlata', siempre había evitado este tipo de lecturas sobre la Segunda Guerra Mundial ya que me resultan duras, crudas y crueles, y 'La Modista de Dover Street' es ejemplo de ello. Ada, siendo una prisionera británica sufre de los maltratos a manos de los nazis, no en un campo de concentración, no en algún lugar para realizar trabajos forzados, pero si recluida en una habitación, siempre encerrada bajo llave.

Este libro me hizo sufrir junto con Ada, me hacía sentir coraje e impotencia por lo que ella vivía. Me daba rabia que no pudiera hacer nada, que nadie podía abogar por ella. Era cruel imaginarme su decadencia, como ella se aferraba a la vida gracias a un sueño.

La última parte del libro, de la cual no mencioné nada para no dar spoilers, es todavía más cruel por la indiferencia y las injusticias de las que Ada se vuelve víctima. Eso me dio todavía más coraje, porque Mary Chamberlain nos muestra un mundo donde las mujeres sufren, con guerra o sin ella.

Un libro que recomiendo ampliamente, pero que tal vez no sea apto para personas sensibles.