La Bruja Blanca fue un gran libro, me encantó, lo amé, y aunque Los Hijos del Rey continúa la historia justo donde termina el anterior, desde el primer capítulo parece que se trata de otro libro, uno al que le hace falta vida, chispa y desde luego, magia.

Creo que la historia, el objetivo de detener a Morgane tenía mucho potencial, sobre todo por la gran gama de personajes que había: brujas, humanos, hombres lobo, chasseurs y realeza, pero todos fueron desaprovechados.

A lo largo de 500 páginas no pude ver evolución de los personajes ni ninguno que pudiera sobresalir, a excepción de Ansel que en un arranque de heroísmo hizo una buena jugada contra Morgane, pero no así del resto.

Lou, Dios, si no había congeniado con ella en el libro anterior, ahora menos. En todos los capítulos fue pesada, soberbia, arrogante y nefasta. En lugar de hacerla mi preferida, terminé odiándola.

Incluso Reid, que lo amo con todo mi corazón, me pareció opaco en este libro, sé que atraviesa por una situación muy difícil, digo, viene de matar al que consideraba su padre y descubre que es un brujo pero... era deprimente leerlo.

¿Y Coco, Beau, Madame Lebelle? Ni siquiera hay algo destacable que decir de ellos.

Ni tampoco de los nuevos personajes. Ni que decir de Claud, sentí que fue como un as bajo la mano llegado en el momento preciso solo para beneficio de Lou.

Lo siguiente que no me ha gustado es la historia en general.

Son contados los momentos realmente emocionantes y el enfrentamiento contra Morgane y el final, no son precisamente uno de ellos. Mis esperanzas estaban en esos últimos capítulos y sólo me quedé esperando a que algo excepcional pasara.

La historia es plana, en momentos larga y sentía que la autora divagaba mucho para llegar a un punto de lo más sencillo.

Había visto muchas opiniones negativas sobre este libro pero creí que exageraban, que no eran ciertas, y quería con todo mi corazón amar este libro, pero es que no ayuda, en serio que no ayuda.

También debo decirles que cuando lo comencé, me resultó muy difícil agarrarle el ritmo, no entendí de que rayos hablaban los personajes, así que pensando, creyendo que la del problemas era yo... volví a iniciar el libro... solo para darme cuenta de que tenía el mismo problema: diálogos vacíos, líneas tontas, acciones innecesarias (en serio tenían que pelear por cebollas asadas) y momentos que no te guiaban a nadar.

Los Hijos del Rey ha resultado ser otra de mis mayores decepciones este año.

Dicho lo anterior, y como soy masoquista... Voy a leer el tercer libro, y solo porque quiero saber como concluye la historia.